
Las tropas alemanas entraron en Austria sin encontrar resistencia y anexionaron ese país al Tercer Reich.
Hitler comenzó a presionar al gobierno de Checoslovaquia para que cediera un territorio ocupado por alemanes.
El 1 de septiembre de 1939, las tropas alemanas invaden Polonia.
Inglaterra y Francia declaran la guerra a los alemanes.
En 1940, se confirma y amplía la magnitud del conflicto bélico, con éxitos alemanes en todos los frentes. El pacto tripartito entre Alemania, Italia y Japón corrobora el poder de los regímenes totalitarios. Los aliados se enfrentan a la humillación de la derrota y a la angustia de posibles invasiones o bombardeos.
Se da la ocupación nazi en Francia, entrando por Bélgica.
En 1941 Alemania alcanza los mayores éxitos en la guerra, pero también se producen sus primeros fracasos, sin embargo lo peor del conflicto aún estaba por venir. La entrada de Japón en el enfrentamiento consolidó el frente totalitario, y provocó una respuesta de los Estados Unidos, que hasta ese momento no se había involucrado directamente en el conflicto.
Hacia 1942, la guerra empieza a tornarse favorable a los aliados, aunque prosiguen por mucho tiempo los éxitos de las potencias del eje Berlín, Roma, Tokio.
A comienzos de 1943, se produce la derrota de Alemania en el cerco de Stalingrado, lo que supone un duro golpe a las embarcaciones nazis, agravado con la pérdida del norte de Africa. Los aliados comienzan a bombarder de forma continuada Alemania y Mussolini es depuesto en Italia, al mismo tiempo que se completa la conquista de Silicia. El año central de la guerra es también el del cambio de iniciativa a favor de los aliados.
En 1944, las armas puestas en juego por Alemania no consiguen cambiar el curso de la guerra. En este año, empieza a iluminar la luz de la esperanza, aunque la galería de horrores sigue cayendo sobre las poblaciones civiles. Mientras tanto, el ritmo acelerado de las conferencias internacionales, hace que las cancillerías empiezen a anticipar un futuro que no se vería libre de ningún mal.
En 1945, Hiroshima y Nagasaki, se convirtieron en las últimas ciudades que sufrieron la devastación y el horror provocados por las batallas finales de la Segunda Guerra Mundial.
Con estos últimos sufrimientos se cierra una etapa de la historia de la humanidad caracterizada por la agresividad incontrolada y la impresionante capacidad autodestructiva del género humano.

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